Quienes se manifestarían en distintos puntos del país creo que lo hicieron en reacción al tono soberbio del discurso y en definitiva en respuesta espontánea al propósito de la presidente de acallar las voces del campo por el mero imperio de la autoridad y no por la vía del diálogo en una mesa de negociación. Y entonces, frente a la expresión democrática y saludable de una parte importante del pueblo el oficialismo kirchnerista respondió con una muestra de autoritarismo soltando sus fuerzas de choque (pagas) que con violencia arremetieron contra quienes se manifestaban pacíficamente contra el gobierno. Patético es la palabra que mejor define la actuación de esa pseudo-izquierda al servicio del Estado, clara muestra de un clientelismo político que los Kirchner hicieron suyo, que con un discurso cargado de resentimiento - "chacareros oligarcas, socios de la dictadura militar"...sin palabras- es la viva contradicción de lo que proclama. ¿Patear y golpear a quienes se oponen al gobierno es coherente con la posición historica de la izquierda argentina que siempre ha reclamado libertad, castigo para los represores, justicia para los trabajadores?. Claro que no. Pero D'Elia y Cía., ni merecen ser calificados como la opción política de izquierda del país, tan sólo son unos miserables mercenarios contratados por el matrimonio Kirchner que vendieron su sueño de la patria socialista al mejor postor. A esta altura nadie duda que esos criminales se abrieron paso por las calles de Buenos Aires pateando y golpeando con el visto bueno del oficialismo. Y eso es fascismo de otras épocas, que ningún pueblo a esta altura de la historia esta dispuesto a tolerar.
En definitiva, la primera mandataria no comprende que los tiempos del autoritarismo en nuestro país ya son parte del pasado, aún cuando ella y su marido levantaron como estandarte la defensa de los derechos humanos -entre los cuales figuran el derecho de expresión- ¿O será que los derechos humanos son sólo para los desaparecidos del período 74-83? Se avista claramente en el horizonte la muerte política del kirchnerismo, porque un gobierno sin consenso en los grupos de poder y que solo sobrevive gracias a las dádivas que entrega tarde o temprano termina pereciendo. Esperemos que lo haga en las urnas.